En la encrucijada de caminos entre Madrid y Zaragoza, en lo alto de un promontorio, podemos ver la ciudad del cielo (Occilis). En ella podemos destacar muchos elementos arquitectónicos que han llegado hasta nuestros días: Arco Romano, los mosaicos, la Colegiata, la Plaza Mayor y el Palacio Ducal.
Este Palacio pertenece a la casa nobiliaria que tenía el condado de Medinaceli. Como curiosidad diré que esta casa nobiliaria también tiene el título de Ducado de Segorbe (mi pueblo), aunque en la actualidad no lo posee la misma persona, Dña. Victoria Eugenia Fernández de Córdoba y Fernández de Henestrosa es la actual duquesa de Medinaceli. Su hijo Ignacio de Medina y Fernández de Córdoba es el actual duque de Segorbe.
Todo esto tiene un sentido musical. En la segunda mitad del siglo XVI se copia un cancionero de música del Renacimiento. Este Cancionero perteneció al Duque de Medinaceli y, por este motivo, se le conoce como Cancionero de Medinaceli.
En él se recoge una sorprendente diversidad de contenido: canciones, romances, villancicos, madrigales, así como un importante número de composiciones en latín, algunas pertenecientes a autores tan importantes como Cristóbal de Morales.
Los villancicos no abundan aquí tanto como en otros cancioneros (Uppsala o el de Palacio), en los que casi exclusivamente encontramos este género. La forma musical más abundante es la del madrigal.
La temática es sobre todo profana. Musicalmente, la característica más destacable es la existencia de combinaciones rítmicas muy vivas y variadas, con el uso frecuente compás ternario.
Os dejo una muestra de las canciones de este manuscrito con imágenes de la ciudad que da nombre al mismo. Espero que os guste...
1 comentario:
Buen viaje el tuyo, buena música y precioso lugar...!qué más se puede pedir!
Un abrazote
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