Y antes de nada me explicaré:
No estoy de acuerdo en beber alcohol sin ninguna finalidad distinta a la de conseguir un estado de embriaguez cuanto antes posible.
Me gusta lo que se puede hacer con las botellas: se convierten en instrumentos. Al soplar en ellas tenemos instrumentos de viento, al golpearlas con un objeto tenemos un instrumento de percusión.
Si además de ello tenemos mucho tiempo libre, imaginación y una orquesta que se preste al experimento tenemos un anuncio único.
Desde aquí lanzo el reto a mis alumnos para que sean capaces de conseguir algo tan creativo cuando van de botellón.
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