Tenía que llegar. Al fin a un músico se le ha ocurrido interactuar con un edificio completo.
David Byrne, cantante de Talking Heads, ha conseguido que el recibidor (no me gusta el anglicismo Hall) de un edificio de Nueva York, pase a formar parte de su nuevo espectáculo. En esta performance el autor ha conectado un órgano a distintos lugares del edificio. De esta forma se producen chirridos, ruidos y crujidos.
Con todo esto lo que intenta Byrne es crear música con los ruidos como punto de partida (algo que ya intentó el futurismo con los intonarumori). Del mismo modo los asistentes a esta singular experiencia pueden interactuar con ella y producir sus propias melodías.
En este vídeo tienes al autor de la instalación sonora explicando su creación.
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